Parafraseando y plagiando en la rima un soneto del autor portugués Filinto Alisio con bizarría y estrambote de cosecha propia.
El dinero, un vulgar embaucador.
nace el bebé y ya cuesta dinero
bautizarlo para alcanzar la gracia.
Va creciendo y otra ves -¡menuda gracia!-,
Primera Comunión, mucho dinero.
Y le emboca su chica, más dinero
para casar: La boda es otra gracia.
El fruto del amor viene por gracia
con chorreo constante de dinero.
Muere el padre y sólo encuentra garcia
con funeral de gracia y por dinero,
porque siempre el dinero tiene gracia.
Ser cristiano precisa de dinero.
¿Cómo exigen dar gracias por la Gracia
los que las gracias venden por dinero?
Y de lo dicho infiero
que el señor don Filinto no es creyente.
¡y como don Filinto hay mucha gente!
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