domingo, 27 de marzo de 2011

EL ANILLO

Para Carlos y su esposa, protagonistas de esta historia.

Él y ella en el embrujo
del declinar de la tarde,
y la lluvia se hace perlas
en la solitaria calle.
Unas perlas que no mojan
mientras los novios se hablen,
se musiten, se ilusionen
o, en silencio se amen.
Y, de pronto entre las perlas...
¡una alianza brillante!
es un anillo de oro
que alguien se lo puso antes.
(Indirecta del destino
que los jóvenes aplauden
y las perlas de la lluvia
de la solitaria calle).
Casi en silencio musitan
que destino van a darle:
“Encargarán al orfebre
que, con cariño y con arte,
haga del anillo dos
alianzas ¡que detalle!
Y las perlas de la lluvia,
en la solitaria calle,
se ilusionan y no mojan
cuando ya cayó la tarde.

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