domingo, 27 de marzo de 2011

ROMANCE DE VILLANDRANDO

 Por una estupenda exposición de trajes reales inaugurada en Ribadeo por el Duque de Huéscar.

Rodrigo de Villandrando,
caballero de fazañas,
sirviera con grande honra
a los reyes de las Galias.
Hubo de llamarlo el rey,
Juan II lo reclama:
“que en la ciudad de Toledo,
aquella ciudad Primada,
por la culpa de un mal príncipe,
contra el Rey se sublevara.”
D. Juan allí acudiera
y fue recibido en armas.
El Conde de Ribadeo,
entonces, así hablara:
“Dejadme las vestes, Rey,
vuestro manto y vuestras calzas.
Yo voy en vuestro lugar
con la honra de la espada.”
Al ver al de Villandrando,
piensan que del Rey se trata
y allí lo quieren matar
con alevosa celada.
Él, como el otro Rodrigo
de la Tizona y Colada,
luchando forzadamente,
a Juan II lo salva.
“Mi buen Conde D. Rodrigo,
que de Villandrando llaman,
quédate con esas ropas,
con mi manto y con mis calzas.
No descubras tu cabeza
y come de las mis viandas:
que yo te debo la vida
y tú no me debes nada...
¡Ay, con ciento como tú
otra cosa fuera España!”

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